Tétanos, Difteria y Tosferina

    El tétanos es una intoxicación aguda provocada por una neurotoxina producida por Clostridium tetani. Los síntomas son espasmos tónicos intermitentes de los músculos voluntarios. El espasmo de los maseteros le confiere el nombre de trismo. El diagnóstico es clínico. El tratamiento consiste en inmunoglobulina humana tetánica y medidas de sostén intensivas.

Fisiopatología

Las esporas de C. tetani generalmente entran a través de heridas contaminadas. Las manifestaciones del tétanos son causadas por una exotoxina (tetanoespasmina), que se produce cuando las bacterias se degradan. La toxina entra en las terminaciones nerviosas periféricas, se une irreversiblemente allí, entonces viaja en dirección retrógrada a lo largo de los axones y las sinapsis, y en última instancia entra en el sistema nervioso central.

Como consecuencia, se bloquea la liberación de los transmisores inhibidores en las terminaciones nerviosas, lo que produce una estimulación muscular sin oposición por acetilcolina y espasticidad tónica generalizada, en general con convulsiones tónicas intermitentes sobreimpuestas. La desinhibición de las neuronas autónomas y la pérdida del control de la secreción suprarrenal de catecolaminas generan inestabilidad autónoma y un estado hipersimpático. Una vez unida, la toxina no puede neutralizarse.

Signos y síntomas

El período de incubación oscila entre 2 y 50 días (promedio, entre 5 y 10 días). Los síntomas del tétanos incluyen

  • Rigidez mandibular (más frecuente)
  • Dificultades para deglutir
  • Inquietud
  • Irritabilidad
  • Rigidez del cuello, los brazos o las piernas
  • Cefalea
  • Odinofagia
  • Espasmos tónicos

Más adelante, los pacientes experimentan dificultades para abrir la mandíbula (trismo).

Espasmos

El espasmo de los músculos faciales produce una expresión característica con sonrisa fija y elevación de las cejas (risa sardónica). Puede haber rigidez o espasmo de los músculos abdominales, cervicales y dorsales, y a veces opistótonos (rigidez generalizada del cuerpo con arqueo de la espalda y la nuca). El espasmo de los esfínteres causa retención urinaria o estreñimiento. La disfagia puede interferir sobre la nutrición.

Los espasmos tónicos dolorosos generalizados característicos, asociados con sudoración profusa, se desencadenan ante alteraciones menores del ambiente como una corriente de aire, un ruido o un movimiento. El estado mental del paciente suele ser lúcido, pero tras varios espasmos puede entrar en coma. Durante los espasmos generalizados, los pacientes son incapaces de hablar o de gritar debido a la rigidez de la pared torácica o al espasmo de la glotis. Rara vez las fracturas se deben a espasmos sostenidos.

Los espasmos también interfieren sobre la respiración y causan cianosis o asfixia fatal.

Tétanos localizado

En el tétanos localizado se produce una espasticidad de los músculos cercanos a la herida por donde ingresó la toxina, aunque no trismo; la espasticidad puede persistir semanas.

El tétanos cefálico es una forma de tétanos localizado que compromete los nervios craneales. Es más frecuente en los niños, en los que puede asociarse con otitis media o puede aparecer tras una herida en la cabeza. La incidencia es máxima en África e India. Todos los nervios craneales pueden verse comprometidos, en especial el séptimo. El tétanos cefálico puede generalizarse.

Tétanos neonatal

El tétanos neonatal suele ser generalizado y a menudo es fatal. Con frecuencia se inicia en un muñón umbilical mal higienizado en niños nacidos de madres con escasa inmunidad. El desarrollo de la enfermedad durante las primeras 2 semanas de vida se caracteriza por rigidez, espasmos y falta de deseo de alimentación. Los niños que sobreviven pueden presentar una sordera bilateral.

Diagnóstico

  • Evaluación clínica



Se debe considerar el tétanos cuando los pacientes tienen espasmos o rigidez muscular repentina e inexplicable, especialmente con antecedentes de una herida reciente o factores de riesgo para tétanos.

El tétanos puede confundirse con una meningoencefalitis de origen bacteriano o viral, pero la siguiente combinación sugiere tétanos:

  • Un sistema sensorial indemne
  • Líquido cefalorraquídeo normal
  • Espasmos musculares

El trismo debe distinguirse del absceso periamigdalino o retrofaríngeo o de otra causa local. Las fenotiazinas pueden inducir una rigidez semejante al tétanos (reacción distónica, síndrome neuroléptico maligno).

A veces, C. tetani puede cultivarse de la herida, pero el cultivo no es sensible; solo el 30% de los pacientes con tétanos tienen cultivos positivos. Además pueden obtenerse cultivos falsos positivos en pacientes sin tétanos.

Tratamiento del espasmo muscular

Se administran fármacos para tratar los espasmos.

Las benzodiazepinas son los medicamentos estándar para controlar la rigidez y los espasmos. Un neurotransmisor endógeno inhibidor, el ácido gamma-aminobutírico (GABA), en el receptor de GABAA.

El diazepam puede ayudar a controlar las convulsiones, contrarresta la rigidez muscular e induce sedación. La dosificación varía y requiere titulación minuciosa y observación estricta. Los casos más graves pueden requerir entre 10 y 20 mg por vía intravenosa cada 3 horas (sin superar 5 mg/kg). Los casos menos graves pueden controlarse con 5 a 10 mg por vía oral cada 2 a 4 horas. La dosificación varía según la edad:

  • Niños > 30 días y < 5 años: 1 a 2 mg por infusión intravenosa lenta o IM, que se repite cada 3 a 4 horas según sea necesario
  • Niños ≥ 5 años: entre 5 y 10 mg por vía intravenosa o IM cada 3 a 4 horas
  • Adolescentes: 5 mg IV, repetidos cada 2 a 6 horas según sea necesario (pueden requerirse dosis altas)
  • Adultos: entre 5 y 10 mg IV cada 4 a 6 horas o hasta 40 mg/hora en goteo intravenoso

El diazepam es el fármaco más usado, pero el midazolam (adultos, entre 0,1 y 0,3 mg/kg/hora por infusión intravenosa y en niños, 0,06 a 0,15 mg/kg/hora por vía intravenosa) es hidrosoluble y es el preferido en pacientes que requieren tratamiento prolongado. El midazolam reduce el riesgo de acidosis láctica causada por el solvente propilenglicol, contenido en el diazepam y el lorazepam, y disminuye el riesgo de acumulación de metabolitos durante un período prolongado, con producción de coma.

Las benzodiazepinas pueden no evitar los espasmos reflejos y, para lograr una respiración eficaz, puede ser necesaria la administración de bloqueantes neuromusculares, como 0,1 mg/kg de vecuronio por vía intravenosa u otros fármacos paralizantes y asistencia respiratoria mecánica. El pancuronio se empleó con este fin, pero puede empeorar la inestabilidad autónoma. El vecuronio carece de efectos adversos cardiovasculares, pero su duración es breve. Los fármacos de mayor duración (p. ej., pipecuronio, rocuronio) también son útiles.

Tratamiento de la disfunción autónoma

Puede administrarse morfina cada 4 a 6 horas para controlar la disfunción autónoma, en especial la cardiovascular, con dosis diarias totales de entre 20 y 180 mg.

No se recomiendan betabloqueantes de larga duración como el propanolol. La muerte súbita de origen cardíaco es característica del tétanos, y los beta-bloqueantes pueden aumentar el riesgo; no obstante, el esmolol es un beta-bloqueante de acción breve que se empleó con éxito en estos pacientes. También se ha usado atropina IV en altas dosis; el bloqueo del sistema nervioso parasimpático reduce significativamente la sudoración y las secreciones. Se informaron tasas de mortalidad más bajas en pacientes tratados con clonidina que con la terapia convencional.

La administración de dosis de sulfato de magnesio que mantengan concentraciones séricas entre 4 y 8 mEq/L (p. ej., 4 g en bolo seguidos de 2 a 3 g/hora mediante infusión IV continua) ejerce un efecto estabilizador, dado que elimina la estimulación catecolaminérgica. El reflejo rotuliano se usa para determinar la presencia de sobredosis. Puede estar comprometido el volumen corriente, por lo cual debe tenerse preparado un acceso inmediato a la asistencia respiratoria.

Difteria

La difteria es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphtheria, que infecta principalmente la garganta y las vías respiratorias superiores, y produce una toxina que afecta a otros órganos. La difteria se puede adquirir:

  • Por contagio directo: a partir de las gotitas respiratorias que eliminan al toser o al estornudar las personas infectadas o los portadores sin síntomas.
  • Por contagio indirecto: A través de objetos contaminados. Es una vía de transmisión infrecuente.


Las lesiones cutáneas también son una fuente de infección, sobre todo en los climas tropicales. La difteria puede producirse en cualquier época del año con un aumento de la incidencia en los meses más fríos.

Manifestaciones clínicas

El tiempo que transcurre desde que se tiene el contacto con la bacteria hasta que aparece la difteria (periodo de incubación) es de 2 a 5 días. El grado de afectación depende del estado de inmunidad, es decir de las defensas de la persona contagiada. Las personas vacunadas también pueden padecer la enfermedad aunque de forma más leve. Las formas de presentación más frecuentes de la difteria son:

  • Difteria respiratoria: La mayor parte de los pacientes con difteria respiratoria comienzan con dolor de garganta, fiebre menor de 38 °C, malestar general, dificultad al tragar, pérdida de apetito y ronquera si se afecta la laringe.

La faringe aparece enrojecida y a los 2 ó 3 días pueden aparecer placas grisáceas y blanquecinas que van aumentando de tamaño para formar falsas membranas (pseudomembranas) duras, de color gris, que se adhieren sobre todo a faringe, amígdalas, laringe y/o nariz. Si se extienden pueden afectar también a la tráquea.

La afectación de la nariz puede ser leve o moderada y puede producir sangrado con las secreciones nasales. A diferencia de las “placas” que se forman en las amígdalas o en la faringe como consecuencia de otras infecciones, las falsas membranas de la difteria están fuertemente adheridas a estas zonas y al intentar quitarlas se puede producir sangrado.

En los casos graves se observan ganglios (adenopatías) e inflamación de la parte delantera del cuello, lo que puede producir el aspecto de “cuello de toro”. La inflamación del cuello y la dificultad respiratoria son signos de mal pronóstico.

  • Difteria cutánea: Generalmente se debe a una infección de una lesión previa de la piel (herida, eczema, o psoriasis) por Corynebacterum diphteriae. En el trópico es más frecuente que la difteria respiratoria. El paciente suele acudir al médico por presentar úlceras con una base grisácea que no terminan de cicatrizar, sobre todo en las extremidades. Las lesiones no suelen exceder los 5 cm.

Complicaciones:

Las complicaciones más frecuentes de la difteria se deben a:

  • Aumento de la extensión de las falsas membranas, lo que produce una obstrucción de las vías aéreas. Los niños son especialmente susceptibles debido al pequeño tamaño de sus vías aéreas. Esta obstrucción puede producir dificultad respiratoria grave.
  • Diseminación de la toxina diftérica a través de la sangre.
  • Inflamación del corazón (miocarditis), es la complicación más frecuente y es proporcional a la gravedad de la enfermedad local. Es un signo de mal pronóstico.
  • Afectación del sistema nervioso. Sucede en el 5 % de los pacientes, sobre todo en los casos graves de difteria. Puede producir parálisis de alguna zona de la garganta (del paladar blando o de la faringe), parálisis de los nervios craneales (afectando a la movilidad de los ojos, de la cara o parálisis de la laringe) o parálisis de otros nervios del cuerpo.
  • Afectación del riñón.

Diagnostico

Se llevará a cabo un examen físico y se observará el interior de la boca. Esto puede revelar una cubierta de color gris a negro (seudomembrana) en la garganta, inflamación de los ganglios linfáticos e hinchazón del cuello o las cuerdas vocales. Los exámenes empleados pueden incluir:

  • ·         Tinción de Gram o cultivo de exudado faríngeo para identificar la bacteria
  • ·         Análisis de la toxina (para detectar la presencia de la toxina producida por la bacteria)
  • ·         Electrocardiograma (ECG) 

Tratamiento

El tratamiento probablemente se empiece de inmediato, incluso antes de que regresen los resultados del examen. La antitoxina diftérica se administra como inyección intramuscular o a través de una IV (línea intravenosa). Luego se trata la infección con antibióticos, como penicilina y eritromicina.

Otros tratamientos pueden incluir:

  • ·         Líquidos por vía intravenosa (IV)
  • ·         Oxígeno
  • ·         Reposo en cama
  • ·         Monitoreo cardíaco
  • ·         Inserción de un tubo de respiración
  • ·          Corrección de las obstrucciones de las vías respiratorias

Las personas asintomáticas que portan la difteria deben recibir tratamiento con antibióticos.

Tosferina

La tos ferina (pertusis) es una infección de las vías respiratorias sumamente contagiosa. En muchas personas se caracteriza por una tos seca intensa seguida de sonidos agudos al inhalar que parecen chillidos. Antes de que se desarrollara la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad de la infancia. Ahora la tos ferina afecta principalmente a los niños que no han completado el esquema de vacunación y a los adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.

Signos y síntomas

Los síntomas de la tosferina por lo general aparecen dentro de los 5 a 10 días después de estar expuesto a la enfermedad. Algunas veces pueden pasar hasta 3 semanas antes de que aparezcan los síntomas de la tosferina.        

Esta enfermedad suele comenzar con síntomas parecidos a los del resfriado y tal vez una tos leve o fiebre. En los bebés, la tos puede ser mínima o incluso estar del todo ausente. Los bebés pueden presentar un síntoma llamado “apnea”. La apnea es una pausa que se produce en el patrón de respiración del niño. La tosferina es más peligrosa en los bebés. Alrededor de la mitad de los bebés menores de 1 año que contraen la enfermedad necesitan atención médica en el hospital.

Los primeros síntomas pueden durar de 1 a 2 semanas y suelen incluir:

  • Moqueo
  • Fiebre baja (generalmente mínima durante todo el curso de la enfermedad)
  • Tos leve ocasional
  • Apnea: una pausa en la respiración (en los bebés)

En sus primeras etapas, la tosferina no parece ser algo más que un resfriado común. Por ese motivo, los profesionales de atención médica a menudo solo la presumen o diagnostican cuando aparecen los síntomas más graves.

Después de 1 a 2 semanas, y a medida que la enfermedad evoluciona, pueden aparecer los síntomas típicos de la tosferina. Estos incluyen:

  • Paroxismos (accesos) de mucha tos rápida seguida de un sonido de respiración forzada y de alta frecuencia (whoop).
  • Vómitos durante o después de los accesos de tos.

·         Agotamiento (mucho cansancio) después de los accesos de tos

La tosferina puede causar una tos violenta y rápida que se repite una y otra vez hasta que no queda aire en los pulmones. Cuando no hay más aire en los pulmones, esto provoca una inspiración ruidosa. Esta tos extrema puede causar vómitos y mucho cansancio. Aunque después de un acceso de tos la persona frecuentemente queda exhausta, es normal que entre un acceso y el otro parezca estar bastante bien.

Los accesos de tos pueden ocurrir con más frecuencia durante la noche, y se hacen más comunes y más fuertes a medida que la enfermedad evoluciona. Estos accesos pueden producirse por hasta 10 semanas o más. En China, la tosferina es conocida como “la tos de los 100 días”.

Cuando la enfermedad es más leve (menos grave), es común que no provoque el sonido de respiración forzada. Por lo general, la infección es más leve en los adolescentes y los adultos, especialmente en quienes se aplicaron la vacuna contra la tosferina.

            Complicaciones:

Bebés y niños

La tosferina (tos convulsiva o pertussis) puede causar serias y a veces mortales complicaciones en los bebés y niños pequeños, especialmente en aquellos que no tienen todas las vacunas.

Alrededor de la mitad de los bebés menores de 1 año que contraen tosferina necesitan recibir atención médica en el hospital. Mientras más pequeño sea el bebé, mayores serán las probabilidades de que necesite tratamiento en un hospital. De los bebés con tosferina que reciben tratamiento en un hospital:

  • Cerca de 1 de cada 4 (23 %) contrae neumonía (infección pulmonar).
  • Cerca de 1 de cada 100 (1.1 %) tendrá convulsiones (sacudidas violentas e incontrolables).
  • Cerca de 3 de cada 5 (61 %) tendrán apnea (la respiración es lenta o se detiene).
  • Cerca de 1 de cada 300 (0.3 %) tendrá encefalopatía (enfermedad del cerebro).
  • Cerca de 1 de cada 100 (1 %) morirá.

Adolescentes y adultos

Los adolescentes y adultos también pueden presentar complicaciones por la tosferina, pero estas suelen ser menos graves en este grupo de edad, especialmente en aquellos que han sido vacunados contra la tosferina. Las complicaciones en los adolescentes y adultos a menudo son causadas por la misma tos. Por ejemplo, la persona puede desmayarse o romperse (fracturarse) una costilla durante accesos violentos de tos.

En un estudio, menos de 1 de cada 20 (5 %) adolescentes y adultos con tosferina necesitó atención médica en un hospital. A 1 de cada 50 (2 %) de esos pacientes se le diagnosticó neumonía (infección de los pulmones). En otro estudio, las complicaciones más comunes fueron:

  • Pérdida de peso en 1 de cada 3 adultos (33 %).
  • Pérdida del control de la vejiga en 1 de cada 3 adultos (28 %).
  • Desmayos en 3 de cada 50 adultos (6 %).
  • Fractura de costillas debido a la intensa tos en 1 de cada 25 adultos (4 %).

. Diagnóstico De Laboratorio De Infecciones Por B. Pertussis

·         Cultivo: El cultivo de Bordet-Gengou ha sido la forma de diagnóstico tradicional, pero se ha ido abandonando por diversas razones, como la escasa sensibilidad (< 25%), muy influenciable por la calidad de la toma de la muestra y rapidez en la siembra, así como la tardanza para los resultados (7-10 días).

·         lnmunofluorescencia directa (ID): en muestra nasofaríngea Aunque es una técnica rápida y sencilla presenta deficiencias de sensibilidad y especificidad por lo que no se acepta como método diagnóstico de tos pertusoide.

·         Serología: Los métodos de ELISA permiten detectar anticuerpos frente a diferentes antígenos de Bordetella. En general, las clases de anticuerpos más utilizadas con fines diagnósticos son IgG e IgA. Los anticuerpos IgM parecen carecer de especificidad. Una ventaja teórica de la detección de IgA radica en que estos anticuerpos raramente aparecen tras la vacunación. Sin embargo, su sensibilidad es menor que la de la detección de IgG.

Los métodos de ELISA son ideales para la realización de estudios epidemiológicos. Su principal desventaja es la ausencia de un marcador serológico que pueda distinguir absolutamente entre la respuesta a la vacunación de la respuesta a la infección y el hecho de que se desconozca el nivel de anticuerpos definitivamente relacionado con la inmunidad. El diagnóstico de casos esporádicos se basa en la titulación en una única muestra de suero (títulos elevados respecto a la población general), con sensibilidad y especificidad próximos al 90%. Esta estrategia es especialmente apta para el diagnóstico de niños mayores de un año, adolescentes y adultos.

En recién nacidos pueden surgir problemas por la interferencia de los anticuerpos maternos. En esta situación se ha aplicado la comparación de los títulos entre los lactantes y sus madres. La serología puede resultar especialmente útil tras el tratamiento antibiótico y cuando el cultivo y PCR no se encuentren disponibles o aporten resultados negativos.

·         Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) Su empleo con muestras respiratorias se ha ido generalizando en los últimos años, sobre todo mediante la técnica de PCR en tiempo real. La mayor rapidez y sensibilidad de la técnica respecto al cultivo ayudan drásticamente en la toma precoz de decisiones terapéuticas y preventivas. Se recomienda la recogida de la muestra con un hisopo de dacron.

Actualmente se puede identificar la Bordetella, sea B. pertussis o B. parapertussis, incluso en pacientes con tratamiento antibiótico, pero la sensibilidad disminuye con el paso de los días. También es menor su sensibilidad en niños y adultos que han recibido dosis de vacuna antipertúsica

Vacuna Contra Difteria, Tos Ferina Y Tétanos (DPT).

La DPT es un compuesto de dos toxoides (tetánico y diftérico) y una fracción completa o celular del componente pertussis, absorbidos a un adyuvante, generalmente hidróxido o fosfato de aluminio. Una dosis de DPT contiene 20 Lf de Toxoide Diftérico, 10 Lf de Toxoide Tetánico y 16 Unidades Opalescentes de bacilos muertos (célula completa de Bordetella pertussis) inactivados con formol e integrados en una suspensión.

El esquema recomendado de la vacuna para tétanos y difteria tiene una eficacia del 95 % al 98 % mientras que para la tos ferina es del 70 % a 85%, siendo más eficaz la vacuna de célula completa, de allí que se recomiende su aplicación en poblaciones endémicas sobre la DPT acelular a pesar de los ESAVI.

Existen dos formas de la vacuna que se diferencian en el componente pertussis, el cual puede contener toda la carga antigénica del bacilo conformando la vacuna completa (DPT) que es la que tenemos disponible dentro del PAI. La otra forma es la DPaT, la cual contiene los siguientes componentes antigénicos, a saber:

• Toxina pertussis.

• Hemaglutinina filamentosa (FHA).

• Proteínas de superficie.

• Pertactina.

• Fimbria – 2.

• Fimbria – 3.

La DPaT tiene la ventaja de reducir los efectos adversos derivados del componente completo de la pertussis guardando una eficacia similar, sin embargo se han descrito ESAVI como eritema, edema y dolor en el sitio de la aplicación asociadas a fiebre en un número mayor al habitual cuando se aplican la cuarta y quinta dosis de DPaT.

No se recomienda intercambiar las vacunas de DPaT de las diferentes casas fabricantes pues no existe evidencia que sustente tal práctica.

Indicaciones

La cuarta dosis debe administrarse un año después de la tercera dosis, siempre y cuando hayan transcurrido 6 meses desde la tercera dosis y cuando no se pueda garantizar la asistencia del niño en los próximos 15 a 18 meses. A partir de los 6 años de edad y con refuerzos cada 10 años no es necesaria la vacunación para Bordetella pertussis, razón por la cual se aplica la vacuna Td (tétanos y difteria).

Esta vacuna no debe congelarse nunca, su color debe ser lechoso y su aspecto similar a motas de algodón. Antes de su aplicación debe lograrse una mezcla homogénea.

ESAVI y contraindicaciones

Los ESAVI son debidos al componente celular de la pertussis, ocurren en los primeros 7 días posteriores a la vacunación y comprenden:

• Fiebre persistente de 38.5° C o más

• Convulsiones dentro de las 48 horas siguientes a la dosis previa (convulsiones febriles simples y complejas)

• Llanto inusual sin causa aparente

• Estado de choque o colapso

• Trombocitopenia

En estos casos se recomienda continuar el esquema con TD pediátrico o la vacunación con DPaT. En niños mayores de 7 años o en casos de brote, se debe utilizar Td, es decir, toxoide tetánico diftérico de tipo adulto.

Son más raras pero pueden ocurrir la reacción anafiláctica y la encefalopatía postvacunal, en los primeros 7 días siguientes a la aplicación (0 – 10,5 casos por millón de aplicaciones), siendo estas las dos condiciones en que se contraindica la vacunación con DPT.

Ninguna de las dos vacunas debe aplicarse si existen contraindicaciones absolutas para la vacunación.

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